d'Ors...

Nocturno (Frustrado)

Maldito Baudelaire, malditos Goethe y Borges,
que ahora que contemplo
la luna no me dejan ver
la luna.

Miguel d'Ors


Calendario perpetuo

El lunes es el nombre de la lluvia
cuando la vida viene tan malintencionada
que parece la vida.

El martes es que lejos pasan trenes
en los que nunca vamos.

El miércoles es jueves, viernes, nada.

El sábado promete, el domingo no cumple
y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:
la misma vez- la lluvia de los lunes.

D'Odors

Camino de imperfección

Joven,
yo era un vanidoso inaguantable.
«Esto va mal», me dijo un día el espejo.
«Tienes que corregirte».
Al cabo de unas semanas era menos vanidoso.
Unos meses después ya no era vanidoso.
Al año siguiente era un hombre modesto.
Muy modesto.
Modestísimo.
Uno de los hombres más modestos que he conocido.
Más modesto que cualquiera de ustedes.
O sea
un vanidoso inaguantable
viejo.


... aplausos!



...Razones

El punto detonante en común de todos los suicidas, ese inconformismo latente siempre con la vida, la suya o con la complejidad que trae el mundo consigo desde sus causas hasta sus consecuencias, no hay nada más frustrante que ensordecer ante tanta voz interna reclamando por el infortunio de la inconformidad, tal vez la impotencia de llevar a puerto seguro ese soguear constante manejando la consciencia de existir bajo esa carencia y tal vez sin ninguna esperanza contraria, es el punto medio entre el saber y saber demasiado, la confusión de encontrarse en un mundo externo tan ajeno y distraído, nada que hacer, no hay piso firme que se extienda debajo de los pies del que oprime con la mente sus pasos, un punto de registro, sin entrada garantizada...

Maria Antonia Segarra

Piel Ajena...

Ahí esta la piel tendida,
como una sábana llena de recuerdos y marcas,
es la piel ajena al tiempo que vive,
la miro y pudiera tocarla,
ausente de sí,
su postura porosa y desprovista,
hay algo ajeno a esa piel,
su forma, su color ondulante en el tejido,
sus vellos tumbados alrededor de cada tramo,
tendida, ya dije eso,
sin respuesta a la muerte que vela,
que no es su muerte...

Anduve sigilosa,
con los quehaceres de alguien opuesto y adversario,
sinuosa detrás del roce,
respirándole las puntas,
tragándomela con la noche...
se rayaba contra mi como una lija sin dirección,
hollaba sin cesar advirtiéndome de la muerte
la suya, la mia,
y dormía sobre el cuerpo compartido
tan ajeno a mi afanoso amor nocturno...

María Antonia Segarra

...

Y yo que pensé que no podría ser nada peor que los alfileres dentro de la almohada,

Ese remolino tragándose la tierra

Esa arquitectura de desechos sombríos agitándose con el viento

Y dando en la puerta

Esa solemnidad de la taumaturga arreglándome el cabello,

Los huecos de las virutas en los ocios de mi vida,

Alli se marean las violetas, solas, en las tardes,

Casi quemadas

Orillándose a la baba de Dios, sedientas.

En el pico un filo que arruga el ojo

Impide que se vea asi misma en el espejo

y ella espera para derrumbarse en su asombro

y quedará su cuerpo cortado en pedacitos

y los trocitos de sus dedos ya no podran escribir ninguna cosa,

sus pezones lechozos dejarán a la vera, un rio caudaloso lleno de silencio

y el judas, vendrá despacio a comerme la boca…

(Maria Antonia Segarra)


Vuelve cuando la lluvia...

Hermanas de aire y frío, hermanas mías:
¿cuál es esa canción que se prolonga por las ramas y rueda contra el vidrio?
¿Cuál es esa canción que yo he perdido y que gira en el viento y vuelve todavía?
Era lejos, muy lejos, en las primeras albas de un jardín custodiado por ángeles y ortigas.
Cantábamos para siempre la canción.
Cantábamos nuestra alianza hasta después del mundo.
Era hace mucho tiempo, hermana de silencios y de luna.
Era en tu adolescencia y en mi niñez más tierna,
cuando apenas te habías asomado a las sinuosas aguas del amor, que te apresaron pronto,
y aún te vestías contra nuestro candor con el muestrario de las apariciones:
la novia fantasmal, el alma en pena o la mendiga loca;
pero al día siguiente eras la paz y el roce de la hierba.
Cuando te fuiste, faltó el cristal azul en la canción.
Era hace mucho tiempo, hermana de aventuras y de sol.
Yo era la más pequeña y seguía tus pasos por sitios encantados
donde había tesoros escondidos en tres granos de sal,
un ojo de cerradura enmohecida para mirar el porvenir más
bello y un espejo enterrado en el que estaba escrita la palabra del supremo poder.
Tú inventabas los juegos, las tentaciones, las desobediencias.
Fueron tantos los años compartidos en fiestas y en adioses
que se trizó en pedazos la canción cuando tu mano abandonó la mía.
Hermanas de ráfaga y temblor, hermanas mías,
las escucho cantar desde las espesuras de mi noche desierta.
Sé que vuelven ahora para contradecir mi soledad,
para cumplir el pacto que firmó nuestra sangre hasta después del mundo,
hasta que completemos de nuevo la canción.

Olga Orozco

Emoción y Poesía

Quien quiera que sea de algún modo un poeta sabe muy bien que es más fácil escribir un buen poema (si los buenos poemas se hayan al alcance del hombre) respecto de una mujer que interesa mucho que sobre una mujer sobra la cual se está profundamente apasionado. La mejor especie de poema de amor es, en general escrito al respecto de una mujer abstracta.

Una emoción grande es demasiado egoista; absorve para sí misma toda la sangre del espíritu, y la congestión deja las manos demasiado frías para escribir. Tres especies de emociones producen gran poesía - emociones fuertes y profundas al ser recordadas mucho tiempo después, y emociones falsas, es decir, emociones sentidas en el intelecto. No la insinceridad, pero si, una sinceridad traducida, es la base de todo el arte.

El gran general que pretende ganar una batalla para el imperio de su país y para la historia de su pueblo no desea - no puede desear tener muchos de sus soldados asesinados (muertos). De todas formas, a la hora de decidir su estrategia, escogerá (sin pensamiento para sus hombres) el mejor golpe, aunque le haga perder cien mil hombres, en vez de la estrategia peor, o sólo más lenta, qeu le puede dejar nueve décimos de aquellos hombres con quienes y por los cuales lucha, y a quienes, en general, ama. Se convertirá en artista por amor a sus compatriotas, y nos expondrá a la carnicería por causa de su estrategia.

Fernando Pessoa


No tengo por qué pre-ocuparme...

Quién habrá recogido los últimos arreglos que hice?,

olvidé levantarlos

y debía ser fresco como las adolescentes que viajan en autobuses llenas de la tarde,

al caer el sol, la calle, los domingos, permanece desierta,

domingo paralítico,

queda entumecido detrás de las sillas

y las ruedas que permanecen guardadas en los garajes salvos del polvo y la lluvia.

Debía haberlo visto,

holgado en sus zapatos puntiagudos,

imaginando la pelea de sus dedos por sobrevivir,

escondido detrás de sus grandes ojos,

soy yo, es él, no es nadie,

no puede ser quien no existió,

no hay recuerdo de la muerte,

el olvido de todo aquello que amenaza el sueño,

después del timbre… el silencio,

nadie contesta,

yo en la esquina,

doblada en dos como una carta,

el descenso de los pasos.

Lápiz de piedra, papel mojado,

nada que ver con el cotidiano saludo del mundo,

dejó su marca húmeda en la puerta,

el sabor a huida,

no es nadie,

no tengo por qué preocuparme…

María Antonia Segarra

..."Padre"

El filo aguzado y servil en la garganta pulsando en el borde,

cada hendidura fiel en el soporte de la carne.

Figura errante,

he de encontrarte siempre del otro lado del espejo que abierto en dos

va pariendo la imagen cansada y altruista.

Viene el invierno nuevamente azotando las ventanas,

el silencio tranquilo debajo del cuerpo,

duerme a deshoras y cuando se mojan sus labios adormecidos, sonríe

y el olor a blanco debajo de las caderas,

el cuerpo habitante se despeña en los recuerdos oscuros

y vienen las ráfagas de locura como ventarrones ociosos...

se ahuyenta el silencio,

nadie podrá juzgarle de nada que no haya hecho,

quizás en su desvarío ignorante,

pueda acusarle de las calles y los extravíos,

desconocido y frente a los ojos de la extraña que ha comenzado a odiar,

se alzó la noche en un abrir y cerrar de ojos,

no me di cuenta de su avanzado paso sobre la piel,

un azulado violáceo se apoderó de las uñas,

a quién mas que a mi puede importarle?,

a quién más que a mi le adviene la muerte por los oscuros tumbos de la vida?

siempre asalta la excusa perversa

y desmerece el final escogido hace siglos,

demorar este cauce sin frenos que emprende el viaje al conocimiento, nuestro, mío.

A quién más que a mi le importaría el roce tarde-noche del invierno?,

a quién más que a mi le importaría el roce del viento cuando aun esta seca la garganta ?

Todas las tardes hacen el rosario de los muertos,

todas las tardes hacen el rosario por mi y lo único que atisbo a distinguir… “Padre”


(María Antonia Segarra)

Adios Paola...

La miseria de esta tristeza no es la muerte en posesión de un cuerpo... Es la vida que ha quedado huérfana besándote, resistente, alrededor del cuerpo...

Paola... donde quiera que estés no dejes de brillar mi nena.

(...)

Welcome...

mmm...

Qué cómodo se siente regresar a casa...


(María Antonia Segarra)