Un poema de amor...



Todo aquello que nos consume
detrás de las paredes que nos esconden
quedará borroso y en neblinas
habrá de lacerarse como un carbón encendido
y tus manos, como diamantes, quedarán limpias de su tizne.
La piel amarillenta no guarda huellas.
Yo moriré sin un rastro de tus hijos en mi vientre
dejaré mil palabras en el olvido con el tiempo
y jamás caminaré contigo bajo las estrellas sorprendidas por el alba
será eterna la soledad de mis diciembres

No hay bendición en la oscuridad...

Es de estos fosos que te miro...

a E.

Es de estos fosos que te miro
de estos poros que no respiran
desde esta piel azul de frío
fuera de estos brazos
lejos de esta lengua que te nombra
cerca de la soledad
en conquista del vacío...

Ceremonia pura de la muerte...



Ceremonia pura de la muerte:
vertiginosa e incomparable,
hace de mí una curva honda
elaborada por sueños de silencios espantosos…

No te abrazo lo suficiente...


No te abrazo lo suficiente
carne a la deriva cuando la noche nos aleja
el alacrán de mil patas nos carcome los ojos
de oscuridad...
Un momento... solo un momento de piedad
nos bendice en cada encuentro.