Yo sé...

Yo sé...
Todo pasó
como el tiempo que pasa sin
huellas o envuelto en la carrocería
aplastante con sus vueltas y lejanía

Yo sé...
Las tiras de mi garganta cuelgan
como luces apagadas tras el árbol marchito del adiós
proscrita, sin desviarme del camino,
y regresar, un segundo, sobre las palabras...

Yo sé...
que no vendrás más nunca
ni tus dedos, ni tu silencio me bañaran
ni otra vez me acariciará la incertidumbre de tu sonrisa
cuando te acercabas o simplemente cuando el perfume
en un celaje ciego me dormía...

Yo sé...
en la noche el frío es cosa mía
y el café guarda las horas
de arena en las manos
Fantasma ambulante como un guerrero esperanzado
de volver a casa...

Yo sé...
Tal vez no
tal vez, casi nada
quizás, ahuyentada como un estorbo
de tu lengua rosada
en días que las mieles sobresalían por las comisuras...

(Apuntar a un iceberg antes que lo derrita el sol)

Hoy me pesan los muertos en el corazón



Hoy me pesan los muertos en el corazón
los que me susurraron al oído
y me dejaron sin aliento largas noches de octubre
mis muertos azules de mañanas
lacerados por un lenguaje desconocido
sin rostros ni manos
ni el lunar que reconocería
a la vuelta
Hoy me pesan "como muebles arrumbados en el corazón"
inclinados al abismo de los sueños
irreparables por el tiempo
Hubo en las tardes caricias hermosísimas
ahora destinadas a la hoguera y la ceniza
quebradas como los troncos para el fuego
Si tan solo pudiera odiarlos y fijarlos
dentro de un cuadro abandonado en alguna
casa de la ciudad...
haría espacio para sonreirle a algún rostro de luz
en esta buhardilla tan estrecha...