Cutáneo...

Son terribles las orillas del destino:
los meandros de las vivencias,
las escalinatas de la muerte,
ese rojizo paraíso esta al otro lado de la calle,
esclavo en el aparatoso retrato de nuestra consciencia,

la razón es el árbol de frutos verdes...

a veces pienso en las cosas grises,
en el espectro dañino del recuerdo,
esa ventolera seca como un resuello entre las paredes del cielo,
el eco del Avemaría me desviste... solo que tengo la piel quemada.

María Antonia Segarra
(enero 010)

De paso...

Ella adormece detrás del borde
con la garganta sobre el filo,
siempre suenas a nunca,
ven...levanta el polvo de estas palabras tan comunes
ocupa el aire lo suficientemente denso
y corta los dedos
no importa lo que diga
no importa lo que haga...
arrolladora presencia del que no sabe
un fuerte viento nos azota
y toda esa piel que te cuelga en los brazos...
Hace cuánto tiempo no te toco?
Hace cuánto tiempo no te huelo?
Hace cuánto te olvidé?
Esta noche los fantasmas me arrebatan el tiempo de ojos cerrados.
Escucho un ruido en el espejo... el crucifijo aun sigue ahí
cuelga, muestra en el tiempo la evidencia de tu paso.
Confundo las cosas: tu lado, el mio,
busco no se qué debajo de la almohada,
a veces me convenzo de la soledad,
pero cuando llega la hora de la cena te recuerdo de repente
como algo pasajero que durará solo con el fuego de las viandas...

Hay un carrusel con muchas luces, gira, tiene una música suave,
dentro... no hay nadie.
No es tiempo de amanecer, sin embargo... yo amanecí antes que el día
y giro despacio, con miedo, hacia esa sombra que me acompaña
no siempre, algunas veces
y que sobre mi calma vierte su furia en los días de veneno...

María Antonia Segarra
(enero 10)

Perdidos...

Perderse dentro con todas las señales de fuego encima de la tierra,
vi el cuerpo que se perdía rozándome aun en las rodillas
y el mundo entero pendiente de los labios, la última palabra.
Escondida ella.
La pérdida irremediable de la luz,
se perderá aclamado por las sonoras orquestas de la noche.
Todo fuera de ella tiene valor,
fuera de ella los robles como murallas construyen la casa
ahora que se ha perdido la piel,
extraviada como la aguja,
viene lento el paisaje, cubriéndola,
con su oscuro manto vacío...

María Antonia Segarra

A Luis Fortuño - Gobernador de Puerto Rico

El precio de la mentira

El manoseo del poder

La quejumbrosa bosta del primer hablante

Donde ahora se ven las cicatrices?

En la cara del hambre,

En el vaivén de los degollados goteando sangre, indignados

En las costas hediondas de tu casa.

El niño que viene saltando con el trapo en los ojos…

la inocencia no tiene parlamento.

Confianza paralitica

Precipicio de un cielo oscuro

Rama al aire quebrada en el otoño, arrancadas las raíces

Y las voces clamando misericordia,

quebranto de incertidumbres.

Ahora culpas a los restos del hombre a quien viste caer en su faja de mendigo

Donde queda el amparo más allá de la consciencia?

Donde el libro abierto?...

verdad siniestra detrás del muro.

Los meandros de tu aurora agasajan cerdos amanecidos

y las voces empobrecidas

y el mal augurio en la sonrisa.

Cae el manto de la noche y deambula el pensamiento sin albergue.

Tu hijo, abrigado y seguro pide la bendición,

30,000 padres responden al unísono…

Costillas,

vertebras,

falanges

y rótulas

deambulan hoy por la ciudad…

(Amen… a tu sueño)

Maria Antonia Segarra