Mi Amigo El Poeta

“Me voy”
Así pintaron las palabras
Que torbellino!
Creaba y desencadenaba
Sola su apuro
Tiraba su cuerda y con ella misma se ahorcaba.
Definitivamente tenia que estar sola,
Definitivamente un insano comportamiento tenia entre las cejas
No se qué coño le hacia pensar así
Y siempre anudaba y desanudaba la vigilia de sus enredos

Una vez fui a su encuentro en un café literario,
En el centro,
Se paraban a leer de autores reconocidos y
También propias creaciones de la letra
Había de todo:
Malos, buenos, mediocres, en fin...
Voces masculinas gruesas y varoniles,
Mujeres con encantadoras voces de terciopelo.

Ella había sido capaz de desearme como nadie
Porque tenia la certeza de que ella lograba encender en mi
Una pasión incalculable, se lo creía, lo vivía y
Le gustaba encenderla cada vez que podía.
Ese día,
Juntos en el bar de la esquina
Me reía y divertía, ambos nos divertíamos,
Yo no entendía, jamás pude entender hasta hoy
Lo que era pertenecerle.

Una mujer leía, no vi su rostro, no sabia quien era
Pero su voz era tierna, dulce
Ella lo vio en mi sonrisa
Vio la líbido en mis ojos,
Pensó que alguien más me excitaba.

Creo que en ese momento dejé de pertenecerle,
La magia de su pasión de evaporó con sus celos
Nunca más pude poseerle otra vez.

(Maria Antonia Segarra)

Soñé

Soñé que tu mano estaba inmóvil, sobre la mesa, inmóvil, tu cabeza y tu mano, inmóvil y yo miraba tus dedos quietos, era una cabeza con los ojos cerrados y los labios cocidos…acerqué mi boca a la boca de los labios cocidos buscando un beso, tu mano seguía inmóvil, tus ojos cerrados y en el medio de mi pecho una línea de sangre corría. Una lágrima goteaba y no sabía si del ojo cerrado o del mío cercano buscando tu boca, puse mi mano sobre la mano, inmóvil, estaba fría, como la mía, mire tu pecho y estaba seco, hundido, parecía vacío, mi mano sobre la tuya, fría e inmóvil, hacía algun gesto de caricia muy despacio, la piel pegada a los huesos, la tuya, la mía, en el cuarto un olor a rosas, intenso, nauseabundo, entre tus dedos: una piedra, entre mi mano: la tuya. Cayó la gota entre tus ropas, nunca supe quien lloraba, tú por haberme dejado o yo por sentirte muerto…





Un Perro

Bajo el puente hay un perro que se ahoga
sus ojos están ausentes y tranquilos
es de un color que se confunde con la tierra mojada
es de tarde
muere el perro tranquilo
entre sus patas el agua espesa le arrastra
busca un chillido con sus ojos
como si alguien le llamara, y guarda una expresión de esperanza
yo lo veo ahogarse bajo el puente
no hago nada
el perro quiere morir
no siente miedo de la corriente que le arrastra
no escucha que alguien le llama
no trata de retorcer su cuello robusto sobre el arenal que le lleva
va debajo del puente y mira el blanquinegro cielo que le techa
no tiene nada que diga que le pertenece a alguien
no responde por ningún silbido ni tiene sed en la boca
yo lo veo alejarse
a veces lento
a veces con la premura del agua hambrienta
ha cruzado el puente entre las aguas
va colgado del torrente como un pedazo de madera que se pudre
ha mordido su lengua
un rastro de sangre marca el camino del ahogado
sangre manchada de agua
un rastro leve que saborea con su lengua
estoy parada bajo el puente donde se ahoga un perro
y se pierde y regresa
y espanta su cabeza de las aves que le siguen
huele a perro muerto bajo el puente
pero no esta muerto
se ahoga en el río que cruza el puente
las uñas blandas no sostienen la tierra que ahonda en el río
agua tapando sus ojos y aun el rabo en penitencia sobrevive como un obelisco en la maleza
he visto ahogarse un perro en el río....
olvidé por un instante mi propia muerte.


Cualquiera

“Y sin embargo un rato cada día, ya ves,
te engañaría con cualquiera
te cambiaría por cualquiera. (J. Sabina)

Se ha ido
Como todos los días que se va
Y me ha dejado un ventarrón de arrugas en la cara
Un hombre con un amor
Con unos brazos ajenos, con una mirada perdida
Un ir y venir dejando cuentas detrás de la almohada
Respira el azotado perfume en un cuerpo ajeno
Es el hombre que dice que rie y es feliz conmigo
El hombre que retoza con mi cuerpo en las manos
Abiertas,
de mi noche que no es mía, es ajena

Sabrá de mi
Amanecerá pegado mi espalda que desconoce,

Si, sabrá de mi
en los labios finos de un beso
Accidental y encontrado en su cotidiana rutina

De mi…
Que no me parto sobre sus bordes,
Que camino sonámbula detrás de un sueño

Y el estremecimiento de las cosas azules
todo lo que no es mío

y en mi se recrea como
Una marea que lleva un barco viejo
A punto de estrellarse con los muros del silencio,
un desafío sin horizonte
Un hombre en la oscuridad
Su soledad me entumece la lengua

Mío como lo es la agonía de los que no duermen y
Acechan los papeles pequeños al viento
Jugando a recogerlos

Capaz de volverme sobre mis hombros

Pero ha venido al amanecer,
Sediento,
En Busca del agua seca,
Oscuro y quieto con el cuerpo atornillado
Laceroso, casi muerto
Y su pensamiento atado a la crueldad del sepia
Que desvanece.

Lo encuentro debajo,
en mis ojos manoseados
tibio en la piel que ignora

hay anillos en sus manos,
Imágenes rodando en la sombra,
Así evadimos una muerte tras otra
Un posponer del irremediable descenso

Se ha ido
Como todos los días que se va

(soy cualquiera…)