Verbo impronunciable como la muerte...



Verbo impronunciable como la muerte
la que se va con la luz
mal tiempo del alma
de los ojos
del mundo
que comienza de noche como las catástrofes
y hace ruido como un pájaro batiendo sus alas en las esquinas
tu aliento rosado merodea el último esfuerzo...

Hazme bella de tu aroma
que sean tus ojos tibios el dulce riesgo
callejón oscuro del beso imaginario frente al espejo...

...



Los imposibles también existen 
y ondean su bandera de triunfo 
sobre una tristeza estacionaria que añeja con los años 
prolijos con una sonrisa ladeada 
echa la magia fuera 
y viaja contigo el tiempo 
y regresa con los ojos vacíos... 
y el espacio a la mirada cotidiana 
que adivina el día de los transeúntes 

...



Bajo la melodía 
el llanto delicioso como una lluvia de diamantes 
alimenta la existencia 
como las gaviotas...

Es tu luz...


Es tu luz...
y mis abismos 
y estos silencios como caminos 
y la fortaleza y unos brazos que caen 
y todo aquello que grita como un mundo vacío 
y el roce de los cabellos en medio de los brazos,
todo aquello que se guarda como algo santo
y se vierte dentro como un aceite caliente
y las rocas gastadas por el agua
y algunas maldiciones que se dicen de noche
y con bruma
y todo aquello que no sé nombrar,
por la muerte que me seduce y sus hebras blanquecinas que me socavan
y dan poder y sexo lento muy lento como para gustar,
como para lamer un sabor desconocido que vomita un vientre ya olvidado
y lo ignoto en las miradas de los niños q le deben al mundo,
que se recuerdan saltando entre los arbustos
y el viento que apacigua como un rezo de tarde...
y siempre, que es una palabra desconocida,
con un sonido absurdo,
como que cruje,
como los agujeros en la madera húmeda de las viejas embarcaciones,
que alejan las palabras de las bocas ajenas
de las otras bocas que no son la tuya
que ya no se nombra ni se cobija con la sombra del recuerdo...