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amor que silba,
la muerte baila con nosotros.
Le temo a la sombra de ese árbol
que desaparece en algunas noches
cuando se pudre la luna,
la solitaria,
desnuda, incrusta sus nalgas en las uñas.
Se cayó un pedazo de cielo!
Esta sola.
Quiero comerme un trozo de angustia
a escondidas de los muertos que rondan.
dos huecos profundos.
Interrumpida en el vacío...
Maria Antonia Segarra
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Un mundo deshecho de misterios,
olor limpio
y el tractor de basura este vestido de sangre,
dentro de los ojos una pocilga,
visión de espejo contra el espejo.
Son oscuros tus ojos,
como el mundo,
oscuro entre paredes
y estamos cercados sin poder escapar con vida de él,
de su podredumbre,
hartazgo hasta muerte
y la miel en la boca
marcada,
usurpa la mano en la carne,
y el sabor a palabra
del que habla y habla
y dice que no conoce y conoce,
y desconoce todo del instante de luz y se aproxima
ociosa del pensamiento,
detrás... las hogueras,
ladronas de aliento.
Pero qué vas a saber tú de lo que estoy hablando?,
en contra de qué,
a favor de qué,
Ignorante!
Crees que eres el único que miente y adviene la catástrofe?
Tengo el ticket,
el comprobante ficticio y cierto
de la enajenación del cerebro engañoso…
María Antonia Segarra
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El ángel vuela y la mira
Con su traje azul de cenizas
Sentada, arrullando,
ella mece el cuerpo,
tiene una cabeza sostenida.
El ángel desciende y la mira.
Locura…no la desampares!
(Maria Antonia Segarra)
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volví a deshacerle los ojos y lacerar las manos,
volví a arrojarme en medio de su silencio hasta gastarme,
hoy volví a sentirlo limpio y hacinado
y a deshollinar sus sienes hasta dejarlo vacío,
volví a rondarle de besos y caminarle la herida,
volví a decirle que me inquieta el alma cuando me pinta de gris,
hoy volví a hacerlo eco dentro de sus huesos de clavícula y esternón,
volví a hacerme cargo de sus rebeliones que caen lentamente, como un reloj de arena.
Hoy... volví a dejar mis hilos tirados junto a él,
escondiéndome en las manos, cuadradas de deseo,
volví a sonreirle
y la quemazón del látigo cuando el tiempo termina y quiero soñar que muero
y él me dice..."ayúdame".
(Maria Antonia Segarra)
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pero no eres tú quien camina,
soy yo quien camina,
tú puedes conceder,
has podido concederme,
tú no lo sabes,
lo inventas,
la piedra ronda alrededor de los ojos,
en el silbido de tu aliento hay cantos cansados de eternidad,
pero vienes,
al cuerpo de la que muere
y te mira de lejos,
ella en sus pasos y en tus andanzas de hombre mártir y verdugo,
la muerte se piensa en el estrecho pasillo,
de la nada ha salido la oquedad del mundo,
el alear de los moribundos,
tus ojos clavados en mi.
Vengo a mojarme de las aguas que lavan las mentes,
los bosques, donde hay manchas de los cuerpos perdidos.
Y te veo caminar hacia mi,
pies mios,
diminuto cuerpo en el trapecio,
el viento hace trepidar los labios vacilantes,
un viento frio que parte la carne en dos,
rescoldo del tiempo,
tu beso recuerda los antepasados,
cuando cerraban los ojos al besar,
araña de muerte,
pasado desconocido y desierto,
perpleja frente al portal
y los zapatos llenos de lágrimas,
mi amado viene hacia la sombra,
y el cuerpo a quien llega...huye, huye,
espanta las visiones que reptan entre uno y otro paso,
y se desliza y tieso se derrite como una vela.
La sombra bajo la lluvia,
sola,
la sombra en los escombros,
sepultada,
la sombra sostenida de manos y pies,
inmovilizada la sombra,
la sombra que no ve ni se extiende más en el muro,
cuerpo y sombra sumidos en la espera de los pasos,
cuerpo y sombra separados por el mundo,
la muerte del cuerpo, lo vela la sombra...
(Maria Antonia Segarra)
El es...
El no viene, él no va, es mi sombra y un camino vecinal
Una lluvia repentina, una quemazón del sol a medio día
Un viraje de cabeza en medio de la multitud
Una noche desierta frente a un televisor que nada dice ya
El es un pensamiento
si y no,
vaciarme y llenarme al compás de un verso en silencio
Mi interior arrebujado y triste
Mi PMS favorito
Decir que es todo es casi nada, y la nada entre los dos,
un cúmulo de viento y agua regados por ahí
Y me sabe
y me huele,
es un torniquete en medio de la razón
Que puedo decir? Mejor no digo nada…él ya lo sabe todo
(Maria Antonia Segarra)
...
Mi amor, hay fantasmas oscuros que me envuelven,
A lo largo de este cuerpo etéreo que se consume en tu boca cerrada
Los nichos vacíos de mi vida se han atestado de recuerdos
Que viven a costas de tu bondad,
No me sueltes amor, esta noche se prolonga en la cinta de mis miedos
Una y otra vez pegada a lo que no creo y creo una y otra vez sumida en las
Costillas del presente y tus palabras.
Mi amor, se cubren los huesos del nefasto movimiento de los árboles
Y tú mirando, sombrío y quieto como una tumba cerrada,
Encima de las pieles de un cordero agonizante que gime al compás del
Cuchillo en la rasgadura…
Ahí va la voz de la desollada, perseguida por sus muertos,
Envuelve esta vida conmigo amor, elévame en tus piernas como algo que no puede
Sostenerse, que sobrevive, dentro, in Vitro, como una huella que se pudre,
A la que observan tus ojos hasta la consumación de su muerte…
(Maria Antonia Segarra)