Qué han sido estos días? O tal vez no han pasado días, tal vez solo han
sido horas transformadas en la oscuridad y la claridad, no importa de cuántas
horas han sido días o de cuántos días han sido estas horas, se revelan, se
aburren de ser segmentadas por la condición de su apariencia.
Se consiguen aun las aves saliendo de todos los lugares, como si no
supieran donde están, pero saben, como lo se yo, lo saben porque apuntan en la
mirada la decisión imborrable de su dirección, como lo se yo, que me dirijo a mi
penúltima parada antes de irme y tejerme entre soledades muchas que se aumentan
en la nada, rodeada de la nada atiborrada de la nada.
Hay que repetir la visión de las cosas, con la certeza de que se pueda
lograr la avalancha, sin la lamentación del fallo de las horas, de la caminata
en zigzag antes de llegar a la cama, como borrachera de litros de ron añejos
del cajón de las recetas de cocina de la madre.
Se espera la lluvia que el calor evapora con tan solo acercarse, la
consuela desde su infierno y la desvanece con un soplido de lavandera
frustrada, se resbala entre nubes sin dejar caerse y estamos aquí abajo,
esperando las gotas que aniquile el labio zanjado de tanta mojada espera. Pero nada, sigue la nada como plato principal
del día y es pronto en la nada que flotaran todas las cosas, las mías, las de
ellos, las de el, en la nada absurda de las palabras detenidas e hinchadas y
reventarse en las caras largas atolondradas por la noticia.
Una noticia reventada en las cuatro esquinas de la casa, recibida por
tantos, en diferentes lugares, en diferentes rincones, saboreada en público
como una prostituta que se manosea frente a sus clientes, al viejo rico y
perverso que a pesar de no poder complacerla le paga para sufrir su inutilidad.
Se exponga la noticia como si fuera la primera plana de algo importante de un
noticiero que repercute solo en las mentes de quienes se fueron a algún lugar
para tapar la vergüenza…(inconcluso)