He visto las líneas
borrosas del camino.
Justo aquí he perdido
los estribos de mi carreta,
sosegada y ausente
como un momento
y qué será de mi si no
soy más allá de mi?,
cuántos pasos que
intentan que ayudan y no se logra la vida en el acecho,
en este merendero de
cuervos que se orillan a la vena de la impostora.
Él conoce a la
ausente,
como se conocen las
manos de los desconocidos
aquella estrechez y la respiración cortada y el rio creciendo.
Qué has hecho de mi,
amor?
Aéreos y opulentos sueños
desde el abismo,
acuíferos en desvelos
antiguos, rotas alabanzas del convento.
Yo no sé de vidas ni de nombres que se
desvisten en la oscuridad,
tengo el brillo ausente
de unos labios,
hace días que me viene
un frío súbito
como la ocurrencia de
un demente.