Sin Juzgarme...


A veces tengo esa lejanía y atisbo por un Segundo el deseo de la mirada de algún poeta,
qué se yo… de alguien a quien pudiera escuchar hablar por horas,
de cualquier cosa, inclusive solo divagaciones, me preguntaba
de quién me hubiera gustado escucharlas… Pessoa?; Beckett?;
quizás la historia de amor de Pavese, la angustia inexplicable de Virginia Woolf,
su búsqueda de piedras, del tamaño preciso, qué pensaba mientras las buscaba,
exactas, para su propósito…; la inexplicable pausa y narrable desenlace de Alejandra,
siempre escribió sobre cómo acabaría, insostenible acecho de la muerte;…
la farsa de Ciorán y su pancarta de suicidio, me hubiera gustado verme reflejada
por un momento en los ojos Celán, su talento, su pasión...
quizás en un momento perpetuo de algún fragmento de historia
reclamado por Don Pedro Mir,
escuchar hablar a Roselli de su interminable guerra espiritual,
volver a perderme bajo las tiras palabreadas de Víctor Bidó mientras pintaba…
alucinar bajo el desvarío de Sylvia cerrando y sellando las ventanas
mientras desayunaban sus hijos…
ver el rostro alucinante de Alda Merini y escuchar desde una esquina su gemido
y esa mirada perdida...
aplaudir el discurso amargo de Rokha
por no poder compartir su premio con los seres que más había amado en la vida
y temblar amargamente al escuchar la detonación de su revolver...
debe ser que estoy perdida,
buscando el lugar que osadamente pienso que merezco
y disfrutarlo más allá del entendimiento de los que puedan juzgarme,
aun... en este momento…


Maria Antonia Segarra