Solo un paso en la tiniebla,
una taza de café y mil preguntas...
Sonreír también duele.
Hacerse de las provisiones necesarias
y es lo nuevo que es viejo y se viene con
una lluvia de ganas y de estrepitosas voces.
Solo una señal, nada...
Letárgico el argumento de los ojos
y luego... como una ceniza que vaga en el sueño...
la levedad de un dedo que descansa en la distancia.
No hay nada más...y es tanto!