“Me voy”
Así pintaron las palabras
Que torbellino!
Creaba y desencadenaba
Sola su apuro
Tiraba su cuerda y con ella misma se ahorcaba.
Definitivamente tenia que estar sola,
Definitivamente un insano comportamiento tenia entre las cejas
No se qué coño le hacia pensar así
Y siempre anudaba y desanudaba la vigilia de sus enredos
Una vez fui a su encuentro en un café literario,
En el centro,
Se paraban a leer de autores reconocidos y
También propias creaciones de la letra
Había de todo:
Malos, buenos, mediocres, en fin...
Voces masculinas gruesas y varoniles,
Mujeres con encantadoras voces de terciopelo
Ella había sido capaz de desearme como nadie
Porque tenia la certeza de que ella lograba encender en mi
Una pasión incalculable, se lo creía, lo vivía y
Le gustaba encenderla cada vez que podía.
Ese día,
Juntos en el bar de la esquina
Me reía y divertía, ambos nos divertíamos,
Yo no entendía, jamás pude entender hasta hoy
Lo que era pertenecerle.
Una mujer leía, no vi su rostro, no sabia quien era
Pero su voz era tierna, dulce
Ella lo vio en mi sonrisa
Vio la líbido en mis ojos,
Pensó que alguien más me excitaba
Creo que en ese momento dejé de pertenecerle,
La magia de su pasión de evaporó con sus celos
Nunca más pude poseerle otra vez.
(Maria Antonia Segarra)