Las tardes han marcado ciertas pautas en mi melancolía habitual, ciertos sucesos las alimentan, tardes de magia o de funestos colores, la tarde...en su ciclo de transición entre noche y día es como la indecisión entre el bien y el mal, un punto mágico donde se pierde el sentido, la observación de todo ese azul grisáceo reventando ante los ojos en un drástico contraste, es en ese punto, donde la cordura se besa con la fuga de la conciencia...