Llueve...



Llueve
con esa lluvia de lágrimas
juntándo-me como una siamés con la partida
y el encuentro.

Tengo el color de los que se van,
y la calle no es camino seguro:
hay luces que anuncian la vida como
anuncian la muerte...

Dónde me escondo
dónde pongo estas manos que le prometí
he resucitado ya tantas veces
llena de azul
de ropajes en otredad

Me comienzo y me termino con la piel quemada
aislada con un abandono de siglos.

No me sirvo...

De quién sería mi voz?
está húmeda como un madero...
Pero llueve y es de agua de alumbramiento,
de grito de otra que comienza la vida,
la sucesora de mi que no soy yo.

Es hora de la ofrenda
tu mirada de lluvia está cerca
y siento frío en los pezones...