Es cuando me supe...



Es cuando me supe
con el madero en el costado y bajo la sal del recuerdo
lo entendí
No sería nadie
jamás de ningún modo, no hubiese podido encontrarme
en los dias menos ensobrados
en la insípida caminata diaria argumentando algo que se me parezca
no podría sin ellos
sin el azote directo que me recordara la del espejo
la niña en su penumbra, donde me nutro como algo luctuoso

Es cuando lo entendí
que se desprende de su centro
y toda la epidemia de las dudas
absorta como una parálisis
una dosis hambrienta
de cerciorarme
y aumente la lúgubre ignominia
de mi tristeza.
como los celajes deformados de la casa
azuzados bajo los balcones
colgantes de las pendientes del mirador,
son el tremor pasivo del sufrimiento,
lo que fuera de mi
de mi carne y mis presagios
adquiero como irremediable