La boca escupe arena...
Dónde fue a parar el presagio de pájaros negros,
de fuentes secas y desechas en el sótano.
Hoy es como domingo... no es domingo;
la luz ha quedado sellada con el vacío genuino
de la muerte...
Cuándo fue que seguimos bebiendo sangre,
sacando huesos,
rasgando piel...
No alcanzo tus palabras de ducha fría
nuestra alma agoniza con la manzana...
y Dios ha quedado ciego
y las plegarias aun no salen de tu boca.
Las manos febriles y temblorosas azotan la lluvia.
Maria Antonia Segarra