(...)

‎...y que no te vean venir, que seas como esa agua mansa que lleva la corriente subterránea, que luzcas como un suave viento sobre las hojas, la tranquilidad de una mirada sublime, no, que no te vean rugir como una pantera a la hora del alba, que no sepan de qué estas hecha... y cuando viren la mirada, vayas colgando de las nubes...



María Antonia Segarra