...

…Y no hay nada que yo pueda hacer,

cada boca permanece cerrada,

ensombrecida por las manos invisibles del abandono,

los ojos perdidos,

los pensamientos en vuelo,

de lejos parece una multitud,

un alocado viento que levanta todo

y la polvareda…

El hilo se escapa de las manos,

una invisible muerte nos acompaña tranquilamente,

el visaje del que se desprende esta por llegar…


María Antonia Segarra