Ha llegado el tiempo de lluvias,
ha venido el agua con grandes alabastros de limpieza,
viene a purificar las grandes palabras
se ha teñido de sangre y vergüenza,

ha venido la lluvia espesa a devolverte el alma
en ganchos de metal,
cae el agua,
cae precipitadamente,
con la premura de un mensaje urgente,
arremete con el suelo que ha saturado la humedad,
un suelo que chupa el agua virgen
teñida de transparencia.

Ahora meterás tus manos en el agua,
en la profundidad de un suelo muerto y ahogado.
Teñirás tus dedos en el fango
tierra agrietada por la resequedad del tiempo,
sembrarás allí la semilla,
primavera que brota
y se estremece dentro,
parirás la tierra dentro de tus manos,
la savia que alimentará
la cuenta regresiva de tus días…