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Caminaban por la calle, muy despacio
Y en silencio
Y con la brisa que levanta el polvo del suelo
Caminaban a veces mirando el piso
Otras veces escuchando el arrastre de sus pasos,
Daban un paseo en la tarde calurosa de julio
Un paseo de ir a ninguna parte
Un paseo de árboles resquebrajados y secos
No había flores en las plantas
Ni estaba verde el césped, lo vestía un dorado quemado
Las seis de la tarde, el sol como una bola de fuego los consumía
Aun no se podía mirar su caída, sobrevivía entre las ramas.
Paseaban en silencio
El pasaba su mano por el cabello revuelto y húmedo por el sudor
Ella con su camisilla descotada llevaba sus manos
A la garganta, la subía por su cuello, se olía la colonia de violetas con sudor
Impregnada en sus pechos
Se interrumpió el silencio suavemente por las palabras de él
Balbuceaba una pregunta y una afirmación a la vez
Había un temblor con sabor a verdad en sus manos, los dedos se posaron
En los labios de ella
Comenzó suavemente, y termino rápidamente de pronunciar las últimas palabras:
- no me sigas, allá, solo hay lluvia…