Me abro de mí y me bautizo en soledad
Cortejo cada una de mis muertes.
Lánguidas aureolas se mortifican en la vereda,
un sepelio sin cadáver
el cadáver aún se canta
festejo de muerte
virutas que levantan secuelas en la tierra
Carruajes de muerte me llevan
y con los ojos abiertos, me veo
el amor aun lo llevo puesto,
hay caricias que no han salido de mis pies
Ya he olvidado la muerte de ayer
no sé si pude llegar a morir en la brasa de su ausencia,
la muerte de las manos y la venda rota
Pequeñas muertes
que arrastrarán a la fosa común
este amor inmortal.