A las seis...



Porque transcurren las seis...

y ya se acabaron las venganzas
y el mundo rima
y los amaneceres se regodean
en algunas de las esquinas donde se han perdido las horas
no es casualidad este pregonar-te como periódico
es hurgarte en los rincones
en los pensamientos de los transeúntes
en todo aquello que huele
y se mueve
y se desprende de las seis
para convidar oscuridad

por alguna razón te nombro como un rezo
un desprendimiento
algo inefable que desciende...