Yo sé...
Todo pasó
como el tiempo que pasa sin
huellas o envuelto en la carrocería
aplastante con sus vueltas y lejanía
Yo sé...
Las tiras de mi garganta cuelgan
como luces apagadas tras el árbol marchito del adiós
proscrita, sin desviarme del camino,
y regresar, un segundo, sobre las palabras...
Yo sé...
que no vendrás más nunca
ni tus dedos, ni tu silencio me bañaran
ni otra vez me acariciará la incertidumbre de tu sonrisa
cuando te acercabas o simplemente cuando el perfume
en un celaje ciego me dormía...
Yo sé...
en la noche el frío es cosa mía
y el café guarda las horas
de arena en las manos
Fantasma ambulante como un guerrero esperanzado
de volver a casa...
Yo sé...
Tal vez no
tal vez, casi nada
quizás, ahuyentada como un estorbo
de tu lengua rosada
en días que las mieles sobresalían por las comisuras...
(Apuntar a un iceberg antes que lo derrita el sol)