Todo el peso del camino en unos ojos...



Todo el peso del camino en unos ojos
el horizonte pálido ha venido a despedirme
con su gesto suave de hoja caída
tu nombre escondido sobre los árboles
tímido y trepidante aun desconocido de mis raíces
de mujer primitiva y húmeda
fuimos y no terminamos de ser esta tarde
acudimos presurosos a los labios
He visto las rosáceas mañana sembrarse
en los huertos de la espera
con su neblina en las albas ocluidas
y allí tus ojos, perennes
a la espera del celaje
bendecidos por el lenguaje terrible de los pájaros.