Te he hecho añicos, basura, lodo del camino...



Te he hecho añicos, basura, lodo del camino
y he vuelto a construirte...
Todo el pedregal de tu historia
un otoño blanquinegro y anónimo.
Los niños danzan descalzos en la penumbra,
fuegos artificiales cruzan el viento
y un gran carrusel detenido en una esquina
por donde vienen los augurios de la felicidad
yo, que no padezco de ninguna belleza,
anónima ante el vástago que adormece fijo
como un espantapájaros, posé mis labios en sus manos
anduve en siluetas sobre las paredes de su vida
y un aguijón de murciélago me hincó en el vientre
parido de tus hijos de luz...
Quien no existe me ha mirado
y qué es lo que me viene como un destierro?
el aroma a tierra húmeda...
una huella de quien no ofrece más que palabras a una muerta.