ELLA III



Es terrible conocerla, acercarse y percibir su aliento como un volcán,
angustioso oír sus sueños, un profundo abismo, la ceguera en esos
días de lluvia, cuando arrima el alma al hueco.
Una mariposa descentrada con su vuelo mágico detrás de las puertas
Y su silencio... de noche lenta, de pasos viejos, un silencio oculto en sus
cabellos milenarios, un silencio de beso largo, de caricia en espera.
La he visto sonreír y desdibujarse como el humo cansino desde los labios
A veces le grito para espantarle la muerte de los sueños, le tomo de las manos
para ocultar el frío de sus dedos, cuido de sus ojos.  Ella me pide el abandono,
se arrodilla para implorar el abandono de su cuerpo, de este lenguaje hueco que no
pare más.  Se maldice como una hereje, suplica en otredad, por su vida, por lo que no puede
decir, poro todo aquello que se vierte a su alrededor.

Y sufre su propio lenguaje, la desesperación del lenguaje ocluido en el alma,
temeroso de naufragar al primer intento de nado.  He olvidado ya su nombre, abrazada a ella
he olvidado su rostro, solo siento su perfume y se va con el viento.
Dice un nombre suave, muy bajo muy bajo, a veces imperceptible como si quisiera guardarlo en
secreto consigo misma y es un niño que la visita con cara de ángel, le acaricia los brazos y le
sonríe, es él quien la cuida de sí misma y sus pasiones, lo he escuchado cantarle, de madrugada,
para calmar el demonio de su mente que la atormenta...

Ella ya olvidó el camino, se ha quedado quieta junto a la vera...

(2014)