Y yo que me juraba como una ceremonia de domingo...



Y yo que me juraba como una ceremonia de domingo, 
mientras un nombre de cualquiera me hacia de hielo en verano,
 -acúdeme, dije, a cada rezo que no termino, 
en cada lista como un ejército de dudas, 
cuéntame las notas que no logro decir 
como un imán gastado por el tiempo. 
No es basura, son mis pedazos y el aquelarre que nos persigue, 
es el tormento y la belleza que nos grita desde lejos, 
la impuntual muerte que siempre nos hace quedar en ridículo e insiste en su abandono...