Un poema de amor...



Todo aquello que nos consume
detrás de las paredes que nos esconden
quedará borroso y en neblinas
habrá de lacerarse como un carbón encendido
y tus manos, como diamantes, quedarán limpias de su tizne.
La piel amarillenta no guarda huellas.
Yo moriré sin un rastro de tus hijos en mi vientre
dejaré mil palabras en el olvido con el tiempo
y jamás caminaré contigo bajo las estrellas sorprendidas por el alba
será eterna la soledad de mis diciembres

No hay bendición en la oscuridad...