...Y me he vestido de locura aun con tu piel lejana

...Y me he vestido de locura aun con tu piel lejana
los bosques tupidos y húmedos, mojados como yo
Sagrada precipitación de tormentos
cada uno con su fantasma de cabecera...
Yo, colgando de tu garganta,
sentada en el filo de un hierro inútil y frío
vuelo a las guitarras,
ellas son testigo de un descalabro o de un azul inquieto
y opaco
y tu voz que me cae como un presagio temprano en la mañana,
mi soga de ahorcada en tus vocales mudas
Para quién se escriben las palabras...
Para qué este balde de preguntas...

Me estoy muriendo y tú... me ofreces mariposas.


Maria Antonia Segarra