Y Dios le dio al hombre el genio,
camino de sabiduría,
le instruyó
le hizo caminos,
de piedras,
de mármol,
de paja,
de tierra,
de carne,
de hororres,
de bendiciones,
le hizo caminos,
infinitos,
le dio de comer y beber
para su trayectoria,
adornó sus dias de colores,
brisas,
pensamientos,
sol,
luna... luna... luna...
el color naranja en el atardecer,
la caida agonizante de un sol impetuoso y rey,
la caida... la caida...
lo artificial,
lo que sale de la tierra,
lo que la tierra se come,
lo que el hombre traga y vomita,
la noche... la noche...
espesa y oscura,
majestuosa con olores exoticos
y palabras de amor...
palabras de odio,
palabras enterradas
que no se pronuncian nunca...nunca,
palabras como cristales que envejecen solas,
que se olvidan,
que quedan indelebles,
tatuadas,
superficiales,
arrojadas,
embravecidas, ridículas,
articuladas y vacias...
el hambre,
los sueños...
los de hoy y del pasado,
los despreciables,
los no videntes,
los que se derriban con la lluvia,
los que se miran a lo lejos
y cierran los ojos...sueños...
el parque de la esquina
donde se es ausente y recobra el sosiego...
Maria Antonia Segarra