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sin proezas, vuelvo a caer en el zumbido sordo de mis imprecaciones.
Alrededor, la casa vacía... y sobre sus llamas de olvido y silencio,
las cenizas que vuelan y lo desaparecen todo...
María Antonia Segarra
La Última Esperanza...
Por qué no es la vida, la muerte? Anhelar la muerte en vez de la vida, un mundo ocioso en espera del descenso, hay tan pocas esperanzas… cuando hace mucha lluvia el río siempre se enloda y arruina su paso sereno, enloquece como el tiempo, desbocado y cruel y cenizo… hoy es tarde, siempre fue tarde, para todo en mi vida fue tarde, el ayuno de mi espíritu seco, no reconocí la buena estrella de mi cielo, siempre estuve un paso antes, un escalón abajo, una mirada fugaz ante la prisa, tanto vacío y la nada… sujeta al crucifijo angustiado y la oscuridad cercana, lo sabe, me reinventa vida y tiempo, ahuyenta el ángel que viene por mi…horas y horas de mirada fija, de bullicios vespertinos sin sentido, sola y arrojada al mundo…intento memorizar-me: garganta y dedos, sombra y lágrima; detalles que se olvidan, conocimiento ausente y delirio absorto de mi, de lo que no he sido, siendo…este reloj incesante y parido de segundos viejos, la única esperanza que aún poseo…
María Antonia Segarra