Cosas Cotidianas...

Siempre el mismo precipicio frente a la llanura,
no sé si es de día o de noche en esta elocuente duda que me alterna del suelo al espejo.
La vida rosa viejo...
lacera suave,
sin quejido y alboroto,
a veces un suelo firme que se va desmoronando poco a poco hasta dejarme en el filo de algún meandro absurdo.
y es serpiente
y va incrustándose en la piel como un espiral hasta el cuello.
No aprieta,
acaricia lento marcando levemente la piel.
Porque hoy decidí mojarme con todas las escasas lluvias de marzo...
será la cuaresma... será mi vida toda una cuaresma...
Barrancos y barrancos llenos de escombros inmensos,
donde no penetra el oxígeno,
allí se han asfixiado, debajo de mi sombra,
pero quizás siempre veo el cogollo de las alas,
sueño con volar. Lo desconocido...
tanto ofrezco? que termino tan vacía en cada vertida...
tanto entierro? que pierdo hasta la consciencia en cada excavada.
Es arrogante el cuerpo junto al alma,
ya no importa suponer o saber,
es el mismo cálido sentimiento,
ese misterio desnudo que amasa mis grietas.

A veces una ojeada al hoyo, mi futura casa.


María Antonia Segarra