Son las seis
Desperté y aun llevo el puñal en la sien
Hubo un temblor
Cuatro ojos miraban por las rendijas
El día no quiere aparecer
Aguda brisa que alborota el sueño de heridas
Se escucha rodar el agua
la soga que marca el cuello se ha caído de los dedos
Algo gime
Soy yo escuchando mi lamento
A las seis
Estoy bajando escalones
Me he dejado cuatro arriba,
Dormida
Con los ojos abiertos
Hoy sostuve los pies del Cristo
Hoy a las seis,
Lamí la sangre que salía de mis narices
Lo vi en la pared
Parece blanco y es oscuro,
Caído,
Escupió en mi cara
Dormida
Cuatro escalones arriba
No era yo
Ni otra persona
De espaldas
Que por fin moría…