Son las seis
Desperté y aun llevo el puñal en la sien
Hubo un temblor
Cuatro ojos miraban por las rendijas
El día no quiere aparecer
Aguda brisa que alborota el sueño de heridas
Se escucha rodar el agua
la soga que marca el cuello se ha caído de los dedos
Algo gime
Soy yo escuchando mi lamento
A las seis
Estoy bajando escalones
Me he dejado cuatro arriba,
Dormida
Con los ojos abiertos
Hoy sostuve los pies del Cristo
Hoy a las seis,
Lamí la sangre que salía de mis narices
Lo vi en la pared
Parece blanco y es oscuro,
Caído,
Escupió en mi cara
Dormida
Cuatro escalones arriba
No era yo
Ni otra persona
De espaldas
Que por fin moría…

Julito...Julito

Si he de vivir sin ti, que sea duro y cruento,
la sopa fría, los zapatos rotos, o que en mitad de la opulencia
se alce la rama seca de la tos, ladrándome
tu nombre deformado, las vocales de espuma, y en los dedos
se me peguen las sábanas, y nada me dé paz.
No aprenderé por eso a quererte mejor,
pero desalojado de la felicidad
sabré cuánta me dabas con solamente a veces estar cerca.
Esto creo entenderlo, pero me engaño:
hará falta la escarcha del dintel
para que el guarecido en el portal comprenda
la luz del comedor, los manteles de leche, y el aroma
del pan que pasa su morena mano por la hendija.


Tan lejos ya de ti
como un ojo del otro,
de esta asumida adversidad
nacerá la mirada que por fin te merezca.
(Julio Cortázar)

Grandes desastres acechan la tierra: el calentamiento global, tsunamis, la capa de ozono se desintegra poco a poco...
Frente a esto, ¿Qué puede significar que se pierda una vida?

Sammy...

No dejes que muera

Sácame estas lágrimas...que me pudro
Sácame la maldad que revierte como un aborto
Exorcízame como algo que ya no sirve
Envuélveme en el letargo de ese olvido como la peste
Oblitera el silencio hediondo que me inunda
Que no quede a la deriva la carne
Quítame los ojos que se han llenado de polvo
Y dame la brisa que sacude el alma
No me dejes nada en el cuerpo que lo empañe
Lávame los huecos oscuros donde te aposentas
Y rocíame de tu blanca vida

Nandito...




Hoy he visto la verdad más vieja y sabida,
La verdad que nunca estuvo escondida
Ni debajo de los escombros.
Hoy he sabido la absurdamente siempre a la luz,
Escrita con puntos y comas en cualquier cuaderno de estudiante,
Pero mis ojos se han despachado como el asombro de un niño
He sentido el frío del impacto primero de algo arrebujado
Y curtido por el tiempo,
Y mis manos taparon el rostro de desesperación
Y acaricié los ojos lejanos atrapados en un vidriero,
Los ojos que miraron la muerte
y se quedaron fijos
y abiertos de par en par,
Los ojos ajenos,
Que no eran los ojos de la verdad del miedo
Los ojos que no vieron la muerte venir y reventarse en el pecho
Con sus punzones.
Me senté de frente, oliendo a la muerte
Cuando nombraba el nombre que sueña.
La vi irse,
A ella,
Que me sonreía en las habitaciones blancas,
La vi irse arrastrando los pies
Y había bullicio por el roce de las hojas.
He cerrado la ventana para no seguir la sombra
Que vaga en los portales al cerrarse,
Ahora no se dónde ha ido.
Aquí, el olor a muerte se ha disipado…

Y Me miro al espejo,
Guiando con mis ojos la levedad de un momento
Conmigo
Contigo
He bebido agua
Y un pensamiento se desliza por dentro
Y recorre los brazos hasta las muñecas
Porque he seguido como una receta la encomienda de la paciencia latente
Ahora miro la transparencia de lo que me cubre
He estado rodeada de tu silencio
Tengo una infección que me arde
Acabo de darme cuenta que no estoy diciendo ninguna palabra
Mis labios quedaron quietos mojados por el agua que los dibuja
La sed de ofrecerme
Ofrecerte
Arrogancia de una realidad maltrecha donde no cabemos ya
Yo pido
Yo quiero
Pero el plural es silencio
El razonamiento solo convence a quien no ve la carne
No veo la carne
La mía
Que no es la de mi cuerpo
Yo quiero y pido
Ya no pido y sigo queriendo
A voces, en la seña del tránsito, cuando alguien me vende alguna rosa
O en la escalinata de los edificios viejos cuando alguien grita que han robado
Un eco suena como un vacío inerte
Yo quiero
Y no quiero imaginarme
Y no convenzo la parte singular del deseo
Y no hay voces que me arrojen al sepulturero
Sostengo la granada que estallará en mis manos vacías
Donde estés, lo sabes
¿Tú esperas?
No dejé de esperar y busco la sorpresa que abanique
Esta desolación que se encuentra postrada como un inválido en mis oídos.

Yo espero...



Siempre he tenido la muerte de visita
Como una constante realidad que me sobrevive cada día,
Ahora he tomado del rocío la medicina natural,
La carne que se queda dentro de la esencia de las manos,
La muerte me mira de reojo por las rendijas que han quedado fuera,
He caminado por la salvación de mis huesos,
Atribuí la carreta de las desdobladas cenicientas a un tiempo inservible,
Ahogué el deseo de las manos,
Abofeteando mejillas dentro de mi escote,

¿Por qué acumular delicias en alegrías pasajeras?,

El agrio cimiento de las palabras
Siempre se han acalorado en la viajera noche sin destino,
Detenerme solo era ensuciarme.

¿No me viste haciendo las señas detrás del cristal?

¿Acaso las palabras siempre estuvieron de más?,

Porque solo la metódica alusión a quedar sin oxígeno era suficiente carga,
Nunca y jamás fueron exiliados,
Nunca y jamás eran la opción.
Domadora de silencios clandestinos,
Mis labios se abrían al alimento de la muerte,
Gotas cayendo dentro y fuera de la piel,

¿Acaso no advertiste que me rozaba con la pared?,

La frialdad de lo inanimado con el movimiento del cuerpo sujeto,
No puedo decir que te escuche reír o llorar,
El temor habita en los espacios vacíos,
Los pequeños,
Y se abren paso por debajo de los diminutos arcos que les abre la duda.
Me escuchaste reír y me escuchaste llorar,
Vaciar
Y surgir desde no sé dónde,

¿Acaso no sabias que el tiempo viene y quiere más?

(El tiempo viene y quiere más…)

...

Caminaban por la calle, muy despacio
Y en silencio
Y con la brisa que levanta el polvo del suelo
Caminaban a veces mirando el piso
Otras veces escuchando el arrastre de sus pasos,
Daban un paseo en la tarde calurosa de julio
Un paseo de ir a ninguna parte
Un paseo de árboles resquebrajados y secos
No había flores en las plantas
Ni estaba verde el césped, lo vestía un dorado quemado
Las seis de la tarde, el sol como una bola de fuego los consumía
Aun no se podía mirar su caída, sobrevivía entre las ramas.
Paseaban en silencio
El pasaba su mano por el cabello revuelto y húmedo por el sudor
Ella con su camisilla descotada llevaba sus manos
A la garganta, la subía por su cuello, se olía la colonia de violetas con sudor
Impregnada en sus pechos
Se interrumpió el silencio suavemente por las palabras de él
Balbuceaba una pregunta y una afirmación a la vez
Había un temblor con sabor a verdad en sus manos, los dedos se posaron
En los labios de ella
Comenzó suavemente, y termino rápidamente de pronunciar las últimas palabras:
- no me sigas, allá, solo hay lluvia…

aleJandrikA

...

Hay un aguaviva caminándome el cuerpo
Un pincel traza las transparencias de los ríos
Por donde navega siempre igual
Temblor del terreno plano, en el vientre fecundo,
En las noches, muerde la mano que lo busca,
Defiende un espacio clásico y perenne debajo de la carne

Me recorre los brazos como un alambre que ahueca,
Se orilla en el borde de las protuberancias nacidas y
Empuntadas a la nada,
Se acerca,
Viene despacio como por sorpresa, pero no,
Como un sigiloso vampiro a posarse entre la humedad oscura
Del abismo.

He perdido las riendas bajo el galope,
Se abre el camino por donde fluye veneno,
Ya no puedo hacer coagulo para detenerlo,
Ahora crece,
Crece como el tiempo cuando se posa tranquilo,
Aun con el latido,
Presionado lado a lado por la negra boca que lo besa.

A Sonia

abiSmoS



“Así te duela el universo de huesos… sonríe “…S.A.C.

Voy a quitar lo nuestro.
Todo en silencio, sin decir nada....
Como un derrame cerebral que va mutilando por partes.

¡Tengo dolor!

Ahora, cuando va bajando la euforia del momento,
se manifiestan dolores....los escribo.

Debo comenzar a asumir mi duelo.
Los impulsos devastan siempre.

¡Tengo dolor!

Voy a estar en mi buhardilla,
…. a escribir todo el tiempo.

A través de un cristal veía la vida y no podía tocarle.

Voy a sorber ese aire de conocimiento
que disfrutas,
aprendiendo las herramientas extras de este mundo.

Ese roce de escritor al que te has consagrado
y que yo jamás he poseído...

Me gustaría reconocerme,
mirando del otro lado del muro.

Con esa confianza de saber que tengo un legado
para quien sea....

Voy a Reconocerme (como dices tú)

Voy a dormir…

¡Gracias Querido!

¡Fin!....¿Fin?

El dice que palpo entre mis manos la sombra,
tiniebla que se pudre como tuétano en la carne,
no me ve disuelta entre sus vísceras,
lamiendo corazón.

Es un refugio la noche,
hay ojos que enrojecen
y mojan las pestañas de leche agria.

Mi sombra se confunde,
arrulla la lluvia,
detrás la inmovilidad…gime,
la boca arrebujada de espanto solloza,
los pájaros que vigilan
reconocen que llama la muerte.

Ha llegado el tiempo de lluvias,
ha venido el agua con grandes alabastros de limpieza,
viene a purificar las grandes palabras
se ha teñido de sangre y vergüenza,

ha venido la lluvia espesa a devolverte el alma
en ganchos de metal,
cae el agua,
cae precipitadamente,
con la premura de un mensaje urgente,
arremete con el suelo que ha saturado la humedad,
un suelo que chupa el agua virgen
teñida de transparencia.

Ahora meterás tus manos en el agua,
en la profundidad de un suelo muerto y ahogado.
Teñirás tus dedos en el fango
tierra agrietada por la resequedad del tiempo,
sembrarás allí la semilla,
primavera que brota
y se estremece dentro,
parirás la tierra dentro de tus manos,
la savia que alimentará
la cuenta regresiva de tus días…